Grassroots International

Featured Partner: Ricot Jean-Pierre, PAPDA

No es posible lograr ningún cambio social ni político sin los hombres y las mujeres que se dedican enteramente a mejorar las condiciones de vida de sus comunidades. Ricot Jean-Pierre es una de esas personas. Como director del programa de la Plataforma Haitiana para Promover el Desarrollo Alternativo (PAPDA), uno de los colaboradores de Grassroots International, Ricot trabaja incansablemente para mejorar la vida de los haitianos y del país en una lucha que comenzó siendo un jovencito.

Durante sus primeros años, Ricot vivió la violencia de la dictadura de Duvalier. Sus amigos muy cercanos y sus familiares, entre ellos, su padre, vivieron de manera directa experiencias de violencia y represión. Tal como explica Ricot, fue en ese momento cuando comenzó a pensar por primera vez que «algo estaba mal y que había que tomar medidas para subsanarlo». El derrocamiento de Duvalier permitió que crecieran los movimientos sociales (si bien el clima político seguía siendo algo hostil).

En ese momento, Ricot (de 16 años) y algunos de sus amigos decidieron ayudar a solucionar los problemas que afrontaban las personas que vivían en su vecindario. Formaron una red de apoyo de activistas. Gracias a esta iniciativa, Ricot comenzó a reflexionar sobre el sistema político y social que permitía que existiera tanta miseria y violencia.

«Solo a través de la SOLIDARIDAD mutua y el compromiso de todos los sectores —movimientos populares, de mujeres, de campesinos, de jóvenes— podremos transformar el entorno, proteger la vida y preservar nuestros derechos y la soberanía en los lugares donde vivimos». Ricot Jean-Pierre

Luego, Ricot decidió extender su participación al ámbito nacional; por ello, se mudó a Puerto Príncipe. Allí, cursó sus estudios universitarios con el objetivo de involucrarse con movimientos de más envergadura, adquirir conocimientos de política y capacitarse para ser organizador. Participó en muchos movimientos sociales y los organizó, a pesar del clima represivo de la era de golpes posterior a 1991, una época en la que los activistas eran considerados subversivos y eran exiliados, deportados o encarcelados. Ricot tomó la determinación de influir en las políticas gubernamentales y participó en grupos de acción y de investigación sobre trabajo social. En la universidad, Ricot conoció al fundador de la PAPDA, Camille Chalmers, que era uno de sus profesores.

La PAPDA, que es una coalición de organizaciones populares y no gubernamentales haitianas, es conocida como la única ONG haitiana que tiene críticas documentadas y bien investigadas sobre las políticas económicas neoliberales y un grupo de alternativas concretas a dichas políticas.

Las repercusiones del terremoto de 2010 demostraron cuánto hay aún por hacer en términos de justicia social en Haití. No obstante, esto no amedrenta a Ricot, quien nos comentó: «Mientras haya vida, habrá luchas que liderar y, mientras haya luchas, yo estaré allí». Agregó que no tiene pensado dejar de participar en estas luchas para descansar «antes de ir a la tumba».

Ricot decidió unirse a la PAPDA porque vio que la organización era un espacio fundamental para que la gente expresara todo lo que pensaba y para construir una sociedad y un futuro alternativos, o, según dice, «algo nuevo, a través de los movimientos de base». La PAPDA coincidía con la visión de Ricot de un Haití que fuera «socialmente justo, ecológicamente viable y que incorporara totalmente la participación popular en el proceso político del país».

Según Ricot, un colaborador como Grassroots International es valioso gracias a su activismo. Señala que Grassroots no solo financia los programas de la PAPDA, sino que también genera concienciación en Estados Unidos sobre los desafíos que acechan a los haitianos. Este trabajo es importante porque él cree firmemente que se necesitan muchas personas y voces para construir un mejor Haití. Para Ricot, la clave del cambio social es la solidaridad entre todos los pueblos, y Grassroots International contribuye a ella.