Grassroots International

Historia

Grassroots International abrió sus puertas en una pequeña oficina sin ventanas ubicada en Cambridge (Massachusetts) en 1983, después de que Oxfam America cancelara su programa de emergencia en el Líbano. Chris Cartter y Dan Connell, miembros del personal de Oxfam, junto con Assaf Kfoury, el asesor del programa, fundaron Grassroots International e implementaron programas en el Líbano y en el Cuerno de África. Con el paso de los años, esos programas se ampliaron y respaldaron movimientos por la independencia política y los derechos humanos en Sudáfrica, Filipinas, Palestina, Haití y en otros lugares, con subsidios y ayuda material.

En 2005, Grassroots International y sus colaboradores reconocieron que la globalización había dado origen a una nueva forma de lucha política que sobrepasaba los límites nacionales. Este hecho fortaleció un cambio de estrategia, que pasó de ser una programación centrada en el país a un trabajo temático transfronterizo dirigido al movimiento global de justicia social que exige y defiende los derechos a los recursos, en particular, a los alimentos, a la tierra y al agua, como derechos humanos básicos.

Además de financiar movimientos activos en el Sur Global, Grassroots International también se manifiesta como defensor estadounidense y trabaja para modificar políticas y prácticas que perjudican a quienes siempre llevan las de perder a causa de la globalización, además de iniciar sistemas agrícolas, comerciales y económicos transformadores basados en la justicia y la equidad. En 2010, Grassroots International asumió un papel fundamental en el lanzamiento de la Alianza Estadounidense por la Soberanía Alimentaria y, posteriormente, se sumó a esta y a la Alianza Popular para la Justicia Global, entre otras, para promover iniciativas que permitieran lograr la soberanía alimentaria, la justicia ambiental y climática, y el cambio social fundamental.

Grassroots International ha cultivado relaciones de larga data con movimientos organizados en todo el mundo. Por ello, se ha ganado la reputación de socio confiable que respalda el cambio auténtico, a menudo contrario a las dañinas políticas del gobierno estadounidense. Como tal, esta es una de las pocas organizaciones a la que invitan a sumarse a movimientos globales en calidad de aliado de confianza. A diferencia de los modelos de beneficencia descendentes aplicados por numerosas fundaciones tradicionales, el modelo de defensa directa y colaboración a largo plazo de Grassroots International representa una sólida alternativa basada en la generación de movimientos para cambiar el sistema.

Lea el mensaje de Dan Connell sobre Grassroots International en su 35.º aniversario, en 2018.