Tres décadas de colaboración en haití contra viento y marea

Los movimientos sociales haitianos saben que los efectos de las catástrofes naturales distan mucho de ser «naturales». En este rincón del Caribe, la crisis climática, el legado persistente del colonialismo y las políticas empobrecedoras en materia de comercio, asistencia y desarrollo, hacen que la población sea altamente vulnerable. Décadas de relaciones neocoloniales con los Estados Unidos han hecho pasar a Haití de la autosuficiencia a la dependencia alimentaria, hasta el punto de que más del 60 % de los alimentos son importados. Mientras tanto, la agricultura campesina nacional pende de un hilo dados los elevados niveles de migración del campo a la ciudad. Movimientos agrarios como el Movimiento Campesino de Papaye (Mouvman Peyizan Papay, MPP) se enfrentan a dichos desafíos con prácticas ancladas en las experiencias locales de las regiones rurales más profundas de Haití.

El MPP, cuya sede se encuentra en la meseta central de Haití, lleva trabajando en la intersección de cuestiones agrarias y medioambientales desde 1973. Su relación con Grassroots International se remonta a más de tres décadas, a 1992, tras el golpe de Estado acaecido en Haití en el que una junta militar derrocó al presidente Jean-Bertrand Aristide. También era una época en la que la globalización económica se expandía por todo el mundo, con consecuencias devastadoras para profesionales de la agricultura y la ganadería a pequeña escala y la mano de obra rural. Al año siguiente, cuando Grassroots International lanzó su programa de solidaridad con Haití, el MPP fue una de las primeras organizaciones con las que colaboramos.

El objetivo del MPP no es simplemente aumentar la producción nacional de alimentos para paliar el hambre, sino transformar el sistema alimentario como motor del desarrollo económico, la justicia social y la resiliencia ecológica. El MPP es un referente mundial como pionero y líder en agroecología, una combinación de ciencia, práctica y proyecto político que utiliza principios ecológicos para transformar los sistemas alimentarios y agrícolas. A través de una amplia gama de instancias de formación sobre técnicas agrícolas naturales que llegan a miles de participantes, el MPP ayuda al campesinado a crear tierras de cultivo sanas y a mejorar las condiciones para aumentar tanto el rendimiento como la resiliencia.

El MPP combina la agroecología con la reforestación para hacer frente a algunas de las mayores vulnerabilidades ecológicas de Haití. Entre los factores que hacen a Haití tan susceptible a la crisis climática se encuentra la grave deforestación que sufre gran parte de su paisaje. Dicha situación agrava los efectos tanto de las inundaciones como de las sequías y priva al suelo de nutrientes esenciales para la agricultura. Como respuesta, a lo largo de los años transcurridos desde su fundación, el MPP y las comunidades con las que trabaja han plantado más de 50 millones de árboles. Dichos árboles regeneran la tierra, protegen frente a las inclemencias meteorológicas y son fuente de frutos, fibras y forraje. Además, son alternativas sostenibles y generadoras de ingresos frente a la tala intensiva que provoca la deforestación.

Para el MPP, esta labor en la intersección de la soberanía alimentaria y la justicia climática es sumamente intencionada. En palabras de Chavannes Jean-Bapitiste, fundador del MPP, «la lucha por la soberanía alimentaria es la lucha contra el calentamiento global. Todas las acciones encaminadas a la soberanía alimentaria afectarán directamente a la crisis climática».

El MPP también innova en la producción de energías alternativas, la conservación del agua, el reciclaje de residuos sólidos ¡y un sinfín de iniciativas! Sin embargo, quizá lo más inspirador sea la organización política que va de la mano del trabajo técnico del MPP. El MPP se esfuerza especialmente por llegar a la juventud a través de instancias de formación y prácticas y el Campamento de Soberanía Alimentaria. A través del área de las mujeres, las campesinas se organizan para hacer frente no solo a la producción de alimentos, sino también a la violencia de género.

Para ampliar su trabajo vital, el MPP se organiza a nivel nacional, como fuerza impulsora del Congreso Nacional del Movimiento Campesino de Papaye (MPNKP), y también a nivel regional y global, como parte de las organizaciones fundadoras de La Vía Campesina, la red campesina mundial.

A lo largo de más de tres décadas, el MPP y Grassroots International han afianzado su relación contra viento y marea. Más allá del apoyo a las operaciones cotidianas, Grassroots ha acompañado al MPP a través de la respuesta de emergencia, el trabajo de incidencia y una serie de iniciativas de construcción de movimientos dentro y fuera de Haití.

Tras el devastador terremoto que asoló Haití en 2010, los fondos de emergencia de Grassroots ayudaron al MPP a acoger a la población urbana refugiada en la ecoaldea que tiene en la meseta central, donde se les proporcionó alojamiento y formación en medios de vida sostenibles. Actualmente, parte de esta antigua población refugiada integra el liderazgo del movimiento. El MPP reconoce a la juventud como un pilar de su trabajo y Grassroots se complace en colaborar con el movimiento para fortalecer el liderazgo juvenil mediante la organización de actividades, como por ejemplo una convergencia juvenil entre las organizaciones caribeñas que forman parte de La Vía Campesina.