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Por qué funciona la acción de base

Reimaginar la filantropía al financiar aquello que funciona.

Introduction

¿Por qué financiamos movimientos sociales? Porque las soluciones de base funcionan.

Con demasiada frecuencia, las respuestas dominantes a los problemas actuales se basan en las mismas prácticas que nos han traído hasta aquí: prácticas basadas en la explotación implacable del mundo natural y del trabajo de las personas. Sin embargo, en una época de pandemias, caos climático y desigualdad cada vez mayor, un cambio transformador es esencial para nuestra supervivencia colectiva.

Los movimientos sociales, organizados colectivamente por las personas más afectadas por los sistemas de opresión, son quienes lideran dicho cambio. Identifican las principales causas de la injusticia, imaginan soluciones y toman medidas para que su visión se haga realidad.

En el proceso, están logrando lo que aparentemente era imposible:

Plantar de forma colectiva decenas de millones de árboles en la meseta central de Haití en un contexto de inestabilidad política, crisis económica y catástrofes por causas climáticas, para lograr innumerables beneficios sociales y ecológicos.

Recuperar más de 30 millones de hectáreas de tierra por y para las personas sin tierra de Brasil, un país con uno de los niveles más altos del mundo de desigualdad en cuanto a la propiedad de tierras y de desigualdad en general.

Trasladar la soberanía alimentaria, un concepto originario de los movimientos campesinos, a políticas y marcos jurídicos a escala municipal, nacional e internacional, y cambiar los debates mundiales sobre política agroalimentaria en el proceso.

Bloquear megaproyectos extractivistas como la represa de Agua Zarca, que amenazaba la cuenca vital y el territorio ancestral del pueblo lenca en Honduras.

Los movimientos de base no solo imaginan un mundo nuevo, sino que lo hacen realidad aquí y ahora.
Operan en las grietas de los sistemas existentes y, al mismo tiempo, construyen lo nuevo mientras trabajan para desmantelar lo viejo.

Les activistes de base son pensadores de sistemas estratégicos.
Son interseccionales en sus políticas, intergeneracionales y colectives en su liderazgo, así como hábiles a la hora de trabajar a múltiples escalas.

Los movimientos de primera línea llevan a cabo su labor con gran riesgo.
Les activistes de primera línea se enfrentan a una multitud de amenazas, a veces a su propia existencia, porque representan una amenaza para los poderes fácticos.

A pesar de la enorme influencia posible de la financiación en el activismo de base, actualmente solo el 1 % de las donaciones internacionales por parte de las fundaciones estadounidenses se destina a ofrecer apoyo general a organizaciones locales. La filantropía tradicional, cada vez más marcada por la velocidad y la escala, pasa por alto las soluciones sistémicas que presentan los movimientos de base. Si un nuevo mundo es posible, entonces una nueva filantropía también lo es. La filantropía debe enfrentarse a duras verdades para descolonizarse desde dentro al tiempo que practica una redistribución radical de los fondos hacia la primera línea de las luchas mundiales.

Reimaginamos la filantropía al tiempo que prestamos un apoyo fundamental a los movimientos sociales más vitales y eficaces de nuestro tiempo. A lo largo de cuatro décadas acompañando a los movimientos sociales, hemos perfeccionado nuestro enfoque, al que llamamos filantropía solidaria. Esperamos que pueda unirse.

Más información sobre nuestro modelo de filantropía solidaria.
Su donación marca la diferencia:

El 87 %
de nuestro presupuesto se destina al apoyo directo a los movimientos sociales y la educación.

+ de 9 millones de dólares de EE. UU.
en subvenciones concedidas el año pasado.

+ de 200 subvenciones

a grupos en 20 países y de ámbito regional y mundial.

“A través de Grassroots hemos aprendido cómo la ayuda internacional ha ido a menudo en contra de los intereses y los derechos de los pueblos indígenas. Hemos visto numerosas pruebas de personas creativas y valientes que defienden sus derechos, pero sin apoyo y defensa internacionales, su voz no llega muy lejos”

Jim Graham

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