Temas que tratamos
Justicia ecológica
Las comunidades de primera línea que soportan el peso del caos climático y otras perturbaciones ecológicas son las que tienen las soluciones más potentes para estas crisis y otras relacionadas. La justicia ecológica eleva los esfuerzos colectivos para construir sistemas alimentarios y energéticos justos y sostenibles, desenmascarar las falsas soluciones y reparar las relaciones entre las personas, la Tierra y todos los sistemas vivos.
Visão geral do impacto
Grassroots International respalda la justicia ecológica mediante diversas iniciativas.
En las comunidades perjudicadas por la explotación de combustibles fósiles y otras industrias contaminantes, las organizaciones que acompañamos en nuestro movimiento organizan la resistencia directa. También sacan a la luz y denuncian una serie de falsas soluciones para la crisis climática que cuentan con el respaldo de la industria, como los sistemas de compensación de emisiones de carbono, que en realidad solo perpetúan la crisis. Construyen sistemas alimentarios y energéticos alternativos en muchos entornos diferentes que se basan en el control y la autodeterminación de la comunidad. Entre las estrategias clave, se encuentran la agroecología, que consiste en cultivar en sintonía con la naturaleza, y la transformación justa, que implica hacer frente a las crisis ecológicas de forma que se aborde el aquí y ahora al tiempo que se construyen alternativas transformadoras. También acompañamos a nuestras organizaciones para ampliar estas iniciativas a escala mundial mediante la participación activa en las Cumbres sobre el Clima de las Naciones Unidas y otros espacios internacionales.
Iniciativas que estamos acompañando:
- Promoción generalizada de la agroecología a través de la formación entre profesionales de la agricultura, escuelas de campo, campañas educativas, trabajo de incidencia y otros medios.
- Organización de la comunidad para resistir ante la explotación de combustibles fósiles y otras industrias contaminantes.
- Rechazo de las falsas soluciones para el cambio climático que cuentan con el respaldo de las empresas a través de la resistencia directa, actividades de incidencia y el cambio de las narrativas.
- Presencia dinámica de los movimientos sociales en las Cumbres sobre el Clima de la ONU (COP) y otros espacios globales, a menudo gracias a la participación tanto en procedimientos formales como en movilizaciones populares.
- Respuesta a las emergencias climáticas por parte de los movimientos sociales, siguiendo marcos como la transformación justa para promover visiones a largo plazo al tiempo que se abordan las necesidades inmediatas.
Las respuestas dominantes a las crisis medioambientales suelen recurrir a las mismas prácticas que nos han traído hasta aquí, pero los movimientos sociales tienen claro que lo único que necesitamos es una transformación del sistema en su conjunto.
Tomemos como ejemplo el sistema alimentario. Además de fomentar el hambre y la pobreza, se calcula que el sistema alimentario industrial contribuye en un 30-50 % a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Mientras tanto, las catástrofes por causas climáticas ponen en riesgo el suministro de alimentos. La agroecología es una ciencia, una práctica y un proyecto político que aplica principios ecológicos a los sistemas alimentarios y agrícolas, como ha hecho durante generaciones gran parte del sector alimentario a pequeña escala del mundo. La agroecología hace frente a la crisis climática al almacenar carbono en el suelo y aumentar la resiliencia del sistema alimentario. Un eslogan de La Vía Campesina, organización que acompañamos, va al quid de la cuestión: «Los pequeños agricultores y la agricultura de pequeña escala están enfriando el planeta».
Bajo el amparo de la justicia ecológica se incluye un trabajo esencial en materia de justicia climática y justicia medioambiental. A lo largo de los deltas fluviales de Nigeria, les activistas ecofeministas resisten ante la extracción de petróleo y exigen reparaciones a las compañías de gas y petróleo por envenenar sus aguas. En Puerto Rico y Haití, las comunidades se organizan para que la recuperación tras las catástrofes «naturales» sea justa, de modo que la reconstrucción no agrave las desigualdades existentes. Asimismo, las comunidades de color de primera línea, desde los Estados Unidos hasta Brasil, se resisten a los megaproyectos extractivistas que queman carbono y destruyen los ecosistemas existentes.
Llamamos la atención sobre la influencia desproporcionada que tienen las crisis medioambientales sobre las comunidades de primera línea como estas, así como sobre las soluciones que plantean. Además, ampliamos los marcos que proponen. Entre ellos figuran conceptos indígenas como el buen vivir y los Derechos de la Madre Tierra, que hacen hincapié en la interconexión entre las personas, la Tierra y todos los sistemas vivos.