Temas que tratamos
Defensa del territorio
Las luchas por el territorio abordan cuestiones fundamentales de autodeterminación y supervivencia frente a formas de extractivismo antiguas y nuevas, desde el colonialismo de asentamiento hasta el acaparamiento mundial de tierras y agua. Los movimientos sociales amplían de forma creciente el debate sobre la tierra para incluir concepciones más holísticas del territorio que engloban diversos ecosistemas acuáticos y terrestres, así como las vidas y culturas vinculadas a ellos.
Visão geral do impacto
Desde los movimientos de liberación nacional y la soberanía indígena hasta la resistencia contra la apropiación empresarial de la tierra y el agua, las luchas por el territorio han sido un tema central del trabajo de Grassroots International desde nuestros inicios.
Hoy en día, los movimientos sociales utilizan el prisma del territorio para unir diversas luchas por la tierra y el agua. Dicho prisma engloba una variedad de identidades y medios de vida, como el campesinado, los pueblos indígenas, el sector de la pesca y del pastoreo, así como a las comunidades afrodescendientes en la primera línea de los proyectos extractivistas. En el camino se han conseguido algunas victorias significativas, como el bloqueo de la construcción de represas, minas y otros megaproyectos, aunque estas luchas continúan. La defensa del territorio se entrecruza cada vez más con las áreas temáticas de los feminismos de base, la sanación y el bienestar, con un reconocimiento creciente del cuerpo como forma de territorio, así como las conexiones entre la violencia contra los cuerpos y la violencia contra la Madre Tierra.
Iniciativas que estamos acompañando:
- Luchas de liberación en contextos de colonización, ocupación y militarización;
- Movilización contra el acaparamiento de tierras y agua en forma de caravanas a lo largo de África Occidental.
- Resistencia a las zonas de libre comercio propuestas en territorios ancestrales.
- Organización contra las industrias extractivistas en tierras comunitarias y vías fluviales, desde las megarepresas de Honduras hasta las prospecciones petrolíferas de Nigeria.
- Campañas transfronterizas para denunciar a los grupos inversores y facilitadores del acaparamiento de tierras y otras formas de industria extractiva.
- Convergencia de diversos movimientos del sector de la alimentación (campesinado, sector del pastoreo y la pesca, etc.) hacia concepciones sobre el territorio y estrategias de resistencia compartidas.
Las luchas en defensa del territorio adoptan muchas formas, pero en su esencia hay una conexión sagrada entre las personas y los lugares que está bajo amenaza en muchos contextos de todo el mundo.
Entre las chispas que impulsaron la fundación de Grassroots International estuvieron las condiciones a las que se enfrenta la población palestina en su territorio ancestral a causa del colonialismo de asentamiento y su lucha por el derecho de retorno. La liberación del pueblo palestino sigue siendo uno de los principales objetivos de nuestra labor de apoyo al movimiento, junto con las luchas contra la colonización, la ocupación y los desplazamientos forzosos en otros lugares. Bajo el liderazgo de las organizaciones que acompañamos, adoptamos una postura firme contra el binomio militar-industrial mundial y contra la militarización que, a menudo, va de la mano de los atentados contra el territorio.
Desde el momento en que los poderes financieros pusieron los ojos en las tierras de cultivo como una forma segura de inversión tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, lo que provocó una fiebre mundial por las tierras de cultivo, ha crecido de forma aún más expansiva nuestro acompañamiento a las luchas en defensa del territorio. Los movimientos sociales subrayan que el acaparamiento de tierras significa también el acaparamiento del agua ligada a la tierra, incluidas las aguas subterráneas. Asimismo, subrayan que no solo afecta la capacidad de las comunidades para cultivar, sino también para pescar, forrajear, pastorear animales y ejercer otros medios de vida.
Por tanto, enmarcar las luchas en materia de territorio constituye un llamado a la convergencia entre movimientos y a promover un enfoque interseccional para las múltiples agresiones a las vidas y medios de subsistencia de las comunidades de primera línea.
