Temas que tratamos
Defensa de los derechos humanos
El activismo de los movimientos sociales es objeto de violaciones de derechos humanos en todo el mundo, desde encarcelamientos injustos hasta secuestros y asesinatos. Apoyamos a los movimientos sociales para reforzar la seguridad colectiva, hacer un seguimiento y documentar las violaciones, hacer campaña contra la impunidad, emprender acciones legales y presionar para que se reconozcan nuevas formas de derechos humanos.
Visão geral do impacto
El activismo de los movimientos sociales es objeto de violaciones de derechos humanos en todo el mundo, desde encarcelamientos injustos hasta secuestros y asesinatos.
Apoyamos a los movimientos sociales para reforzar la seguridad colectiva, hacer un seguimiento y documentar las violaciones, hacer campaña contra la impunidad, emprender acciones legales y presionar para que se reconozcan nuevas formas de derechos humanos.
La polarización política y el ánimo de lucro han intensificado los ataques contra comunidades ya marginalizadas. Sin embargo, las personas afectadas actúan para exigir, defender y hacer realidad derechos humanos básicos.
En Brasil, el campesinado que se enfrenta al robo de sus tierras se está formando para defenderse legalmente. En Palestina y Haití, activistas de derechos humanos documentan abusos y llevan los casos ante la Corte Penal Internacional. En Honduras, los movimientos indígenas y afrodescendientes están consiguiendo enjuiciar a asesinos que cuentan con el respaldo de las empresas. A escala mundial, los movimientos sociales se han unido para crear instrumentos jurídicos (por ejemplo, en materia de derechos territoriales y derechos del campesinado) y lograr que los adopten las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas. Los movimientos sociales también suplen las carencias existentes en materia de vigilancia y defensa de los derechos humanos, fin para el cual crean sus propias redes mundiales.
Iniciativas que estamos acompañando:
- Esfuerzos continuos para que se haga justicia en los casos de Berta Cáceres y otras personas activistas indígenas y afrodescendientes asesinadas y secuestradas en Honduras.
- Campaña mundial para la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales.
- Presentación de casos de violaciones contra el pueblo palestino y la comunidad garífuna ante organismos como la Corte Penal Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
- Seguimiento de las violaciones de los derechos humanos en Palestina, Brasil, Haití y otros países.
- Formación de una alianza internacional que coordine la defensa de los derechos humanos entre los movimientos globales.
La lucha por la justicia lleva a menudo a las personas activistas a enfrentarse directamente a las fuerzas estatales, empresariales y paramilitares interesadas en mantener la desigualdad y el poder.
En 2022, dichas fuerzas asesinaron a más de 400 activistas de los derechos humanos en todo el mundo. La militarización de la policía y la explotación de la naturaleza han conducido a una restricción de derechos democráticos por vía de la violencia. La polarización política, unida a la desesperación por motivos económicos, han propiciado aún más los golpes de Estado a manos de la derecha y los ataques de los grupos parapoliciales contra comunidades que ya vivían en los márgenes de la sociedad.
En 2016, dicha violencia se tradujo en el asesinato de Berta Cáceres, nuestra querida coagitadora de COPINH, organización que acompañamos en Honduras. A Berta la asesinaron por oponerse a una represa que habría cortado el río y el territorio, entidades sagradas para el pueblo lenca. Con el apoyo de alianzas dentro y fuera de Honduras, entre ellas Grassroots International, COPINH logró presionar a los tribunales hondureños para que procesaran a las fuerzas estatales y empresariales responsables de su asesinato.
Como describen muches organizadores de Haití, el país se enfrenta a múltiples crisis profundas y convergentes, y las empresas y Estados occidentales se encuentran entre las partes responsables. Las organizaciones que acompañamos refuerzan la capacidad para supervisar abusos, ayudar a quienes sufren violaciones de derechos humanos y acabar con la cultura de la impunidad.
En Palestina, las organizaciones de derechos humanos de Gaza y Cisjordania documentan violaciones de derechos resultantes de la violencia colonial que ejerce Israel. Cada semana, personas activistas de los derechos humanos se enfrentan a puestos de control y bloqueos para hacer un seguimiento de cada persona herida o muerte provocada por las bombas israelíes. Sacan a la luz estas violaciones para presentarlas ante la Corte Penal Internacional.
Las organizaciones que acompañamos también ponen de relieve las limitaciones de los marcos de derechos humanos existentes al elaborar los suyos propios. Un poderoso ejemplo es la histórica adopción de la Declaración sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018, tras años de esfuerzo de La Vía Campesina, organización que acompañamos a escala mundial, y de sus alianzas.
