Puerto Rico

Cuando el huracán María azotó Puerto Rico en 2017, sus devastadoras secuelas dejaron al descubierto los efectos perdurables de siglos de colonización, primero por parte de España y luego por parte de los Estados Unidos. Las políticas y prácticas extractivistas y destructivas del medio ambiente han dejado al archipiélago caribeño en una situación especialmente vulnerable frente a la crisis climática emergente, de forma que fenómenos naturales como los huracanes se han convertido en catástrofes antropogénicas de gran envergadura. La escasez de alimentos y de energía tras el paso de María puso de manifiesto la falta de soberanía de la ciudadanía puertorriqueña sobre estas y otras necesidades, así como su dependencia de una potencia extranjera cuya actuación negligente ante el huracán provocó miles de muertes que se podrían haber evitado. Es más, el huracán María se produjo en medio de una recesión económica creciente acompañada de medidas de austeridad desastrosas impuestas por el Gobierno estadounidense. El aumento de la presión económica se vio acompañado de un aumento de la violencia de género, agravado asimismo por María, y posteriormente por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, estos siglos de colonización de Puerto Rico se han enfrentado a siglos de resistencia, ejemplificados en la fuerte presencia de movimientos sociales y otras formas de organización por parte de comunidades de primera línea de todo el archipiélago. Inmediatamente después del huracán, dichas redes populares se pusieron en marcha. Ofrecieron una respuesta de emergencia vital ante el abandono criminal del Gobierno al tiempo que promovían visiones transformadoras centradas en los feminismos de base, las soberanías múltiples y la autodeterminación. Estos esfuerzos organizativos prosiguieron en 2019 y condujeron a la destitución del antiguo gobernador corrupto de Puerto Rico, así como a numerosas formas de respuesta popular entre 2020 y 2022 para afrontar la pandemia de COVID-19 y otras catástrofes, incluido el huracán Fiona. Y continúan hasta la actualidad sin dejarse intimidar. Tal y como han articulado con tanta fuerza los movimientos sociales, la idea no es ir sobreviviendo de una catástrofe a otra, sino generar la transformación social y ecológica que resulta tan necesaria. Luego de haber formalizado su programa para Puerto Rico en 2020, Grassroots International tiene el honor de acompañar estas iniciativas.